martes, 17 de diciembre de 2013






estaba enfermándome con la peste del mundo. había sido nuestra casa quemada y quedaba en un edificio con varios pisos. creo recordar más de seis. acababa de estallar otra bomba y sólo parecía que quedábamos mi hermano y yo en el edificio. pero él no me oía, no me escuchaba bien. le estaba gritando desde las escaleras que saliera corriendo porque no podíamos respirar más los tóxicos de la bomba. el polvo blanquecino que se estaba esparciendo por todo lo que una vez llamaba hogar en realidad era una combinación de ántrax y un virus que se estaba esparciendo con propiedades h1n1 combinadas con un desbastador propulsado parecido al polio. el aire era denso y sentía cómo mis pulmones se llenaban como una cantimplora de humo en vez de agua. lástima que esta vez el humo no me haría nada bien. yo sabía qué tenía el humo gris y blanco. antes de que estallara la última bomba que estaba provocando el temblor exhaustivo de las paredes de la casa en derrumbe, había acabado de terminar una charla amenazante con una mujer de moño largo y cabellos negros como capa de magma hawaiana. llamémosla rita en este caso. rita era aterradora por lo que recuerdo. me dijo lo que contenía la bomba que estaba por estallar y que sentiríamos, mi hermano y yo, cómo la muerte llegaría lenta a nuestra mente, porque mataría nuestra mente debilitando poco a poco nuestro cuerpo, que ya estaba debilitado, porque aunque esta parte cuenta la última bomba desde que recuerdo ya me sentía débil y me costaba mover los brazos y las piernas, me pesaba mi cabeza sobre mis hombros y me costaba girarla mientras escuchaba el clac clac de mis rodillas cuando salí corriendo a buscar a mi hermano y dejé a rita detrás. no sé cómo ella salió de la azotea donde había charlado con ella. y pienso que sus intenciones era infectar al mundo con sus bombas tóxicas para tal vez conseguir algo que no entiendo. pues entonces gritaba joooo, joooosee, dónde estás. mi hermano no aparecía. yo bajaba las escaleras rápidamente sin pensar en el dolor mientras la bomba estallaba en el lado izquierdo del apartamento-hogar-casa si ibas bajando, y si ibas subiendo era el lado derecho. mientras la nube blanca y gris y negra se iba haciendo más densa, yo trataba de contener mi respiración como si estuviera bajo la piscina en joyuda, donde aquellos once pies de agua comenzaban a hacerme dar cuenta de que mis oídos me chillaban por una razón y que la presión del agua me indicaba que soy una bestia del aire y que mi solución es la gaseosa y que soy un organismo creado para respirar aire limpio porque de otra forma moriría o en este caso, contraería la muerte lenta de la nube gaseosa grisácea que yacía en todas partes ahora. cuando entre los escombros de mi lecho pude encontrar a mi hermano agonizante de momento hasta que me vio. entonces pude ver entre la niebla de humo enfermizo las pupilas de mi hermano gritándome al oído que saliéramos de allí. yo lo entendía porque no era la primera vez que mi hermano me miraba de esta forma. y así lo abracé sobre mis hombros de un brazo y lo fui sacando mientras le gritaba que no respirara tanto pues el humo nos haría enfermar. era lo único que podía decir en el momento. cada intento de hablar me marchitaba los pulmones, yo lo sentía porque la densidad del aire iba llenando la cantimplora haciéndolos más pesados y empujando mis órganos hacia abajo. logré salir del edificio antes de que no pudiera contener una caída mortal junto a mi hermano. y llegamos a la calle de en frente donde solté a mi hermano para que reposara mientras me sentaba y miraba al cielo de la noche-tarde-día que no podía precisar por tanto humo que no me dejaba ver muy bien. ahora me sentía en un mar dentro de una burbuja que flotaba sobre las narices de los cerdos, cerdos que lo que habían hecho era cagar este mar que se conectaba con el mundo entero, reventando la burbuja y esparciendo por los océanos la peste del mundo, junto al humo blancuzco grisáceo negruno y abrumador que me enfermaba cada vez más, porque lo sentía y lo sabía porque rita me lo había dicho de manera amenazadora. ya estaba cagao claro. luego de haber descansado y mirado la gran burbuja en erupción me contuve para no seguir llorando al mismo tiempo que contuve mi respiración. agarré a mi hermano por el hombro. vamos jose. vámonos de aquí que esta mierda de humo nos está jodiendo bien cabrón. vamos al final de la calle que yo creo que veo algunas personas que están entre vivas y muertas como nosotros. estamos respirando el mismo humo, el mismo aire, en la misma burbuja negra, la misma que por poco estalla, la misma que se riega por el mar y desemboca en el océano del mundo asqueroso que nos queda. lo que nos queda es seguir caminando a donde los refugiados. no respires tanto jose, no respires mucho que ya casi llegamos. esa cabrona, no entiendo por qué querría enfermarnos. me pregunto si ella misma no se enfermará con sus mismas mezclas tóxicas de la muerte. yo no entiendo un carajo. me cago en su puta vida. la odio. la odio como odio a todos los hijos de puta que se creen dueños del mundo y van enfermando a las personas con sus inventos sin tan siquiera preguntarles el nombre, ni su dirección, ni si tienen hijos, o esposa, o hermanos o padres que estén vivos, o algo por qué vivir, o amigos o perros, o gatos, o vacas, o moscas, y cepillos y cositas que les gusten o no le gusten. pero en el momento yo seguía respirando porque tenía que hacerlo, aunque el humo iba llenando mis pulmones con aguas de cloaca de alcantarillados empozados con pecesitos con gusanillos por encima que me hacían vomitarme por dentro porque era asqueroso como me iba sintiendo, parece que el ántrax me estaba comiendo los sesos si me quedaba alguno. seguía respirando de aquel humo, y me sentía también cerdo, me sentía también cagando el mundo, porque comencé a pensar en que no podía hacer nada y que yo entonces era parte del problema aunque no lo había provocado. jose camina más rápido. ayúdame. creo que hay personas vivas. vamos que ellos nos van a ayudar, ahora hay que buscar la cura antes de morir, porque yo quiero vivir, porque sé que aunque el mundo esté to' jodido, yo quiero vivir para hacer algo. y si encuentro la cura te curo a ti y me curo a mi. y así vamos a combatir a la perra que nos está matando, y va matando al aire y al mar y los peces, y con eso los ríos y montañas sagradas y personas que ahora todos estamos enfermos y no sabemos qué hacer. allí hay personas vivas y nos van a ayudar. lo sé. lo sé porque siempre nos unimos, hermanos en la crisis, hermanos hermandad, tú y yo hermanos hasta muerte. siempre. vivos. vi.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario